Seguro que el lector experimentado en la industria del software no necesita que se lo mencione, pero lo hago de todas formas para quienes no estén concientes del asunto: el viejo adagio que, refiriéndose a los posibles clientes de nuestro producto software, versa «constrúyelo y vendrán» es una completa falacia. Muchas veces, la gente de abstracción técnica fascinada por, precisamente, los retos, logros y demás cuestiones estrictamente ingenieriles, ni siquiera piensan en el resto o simplemente lo toman como un mal necesario menor en lo cual ocuparse «luego».
Pues... la experiencia dice otra cosa muy distinta. En lo personal y habiéndolo discutido miles de veces con empresarios del software, creo que el esfuerzo de construir software —escribir el código y hacerlo funcionar— es tal vez de entre un 15% y un 20% del esfuerzo requerido para tener un producto software exitoso. Las actividades de investigación, planeación, diseño, pruebas, mercadeo —o marketing— y comunicación son, en gran medida, aquellas a las cuales se debe dirigir la mayor parte del esfuerzo. Piensa «fuera de la caja». Piensa en el usuario y no sólo en la tecnología. Lo que te diferenciará, en definitiva, será proveer más que sólo una pieza de software.
Reconozcámoslo... no siempre se gana el mercado el mejor bolígrafo, sino que es el bolígrafo mejor mercadeado el que lo gana. Escribir el producto software es una parte muy pequeña de la batalla. El negocio, en realidad, es sobre mercadear y vender. Todos hemos visto pésimos productos software, repletos de defectos de todo tipo, siendo mundialmente reconocidos y haciendo toneladas de dinero, mientras que productos software técnicamente avanzados se pierden en el olvido porque la empresa simplemente asume que el producto es tan bueno que se venderá sólo.
En particular, el mercadeo debe ser visto como una actividad constante de tiempo completo, ya sea en línea, fuera de línea, a través de revendedores, correo directo, avisos publicitarios impresos, en línea, en Google, etcétera. El mercadeo, como sucesión de prueba y error, termina constituyendo la diferenciación en tu producto software mediante la construcción de la marca, marca que tienes que amar. Finalmente, lo que harás incansablemente para vender tu producto software al resto será vender tu marca al resto.
Sólo si tienes suerte y tienes el próximo YouTube o Digg, la gente instintiva y multitudinariamente se referirá a tu marca. Pero lo cierto es que la enorme mayoría no lo logra de esta manera, por lo cual hay que trabajar duro para conseguir una cantidad tal de clientes que te dé la suficiente cantidad de dinero para mantener tu negocio operando.
Tómate el tiempo de hacer un listado de tus competidores y sus productos. Para cada uno, considera datos básicos como precio, modelo de licenciamiento, una impresión superficial de su calidad —esa primera impresión—, popularidad y mercado objetivo, por ejemplo. A partir de ello puede hacerse un poco de inteligencia de negocios para llegar a dos conclusiones básicas:
- qué es lo que funciona o qué hace exitosos a los productos exitosos y
- cuál es el nicho de mercado insatisfecho al cual vas a tomar como objetivo o si tienes que crear un mercado.
- el plan de mercadeo de tu producto software,
- el sitio web mediante el cual muestras lo que tienes y
- tu producto software...
En cuanto a la estrategia de comunicación, todo depende de lo anterior: las características del producto y el nicho de mercado. Muchas veces, por desconocimiento, se tiende a comunicar por comunicar y por el medio que sea, cosa que en la mayoría de los casos no es adecuada. Por ejemplo, productos como Skype o YouTube no necesitan de una fuerte campaña de comunicación, sino que dependen de las sugerencias dentro de redes sociales —en línea o fuera de línea—, lo que conocemos como el «boca a boca».
Si has construido un producto software sin tomar en cuenta consideraciones de este tipo, es tiempo de que te calces el sombrero de mercadeo y que te pongas a trabajar —o, si no te gusta el asunto, que alguien más lo haga por tí. Y espera que sea duro. Mucho más duro que escribir software...