Ayer, en la primera parte de este artículo, hice una introducción a esta filosofía práctica de gerencia llamada Balanced Scorecard en la cual, entre otras cosas, hablé sobre sus beneficios. Hoy continuo la introducción con los errores típicos, la definicón de objetivos financieros, los primeros pasos a dar y la aplicación de esta técnica a la gerencia de tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
Comencemos, entonces, con los errores más comunes que cometen las empresas al implantar un sistema de Balanced Scorecard, los cuales suelen ser:
- No tener una visión y misión clara.
- No alinear los objetivos de la empresa con los de las áreas.
- No alinear los objetivos de las áreas con los del personal.
- Contar con objetivos subjetivos —sin indicadores numéricos.
- Tener objetivos inalcanzables o poco realistas.
- Tener objetivos subvaluados.
- Poco apoyo y compromiso de la dirección y del personal.
- No educar/capacitar al personal.
- No alinear los resultados del Balanced Scorecard al estado de resultados.
- No tener los procesos clave documentados con evidencias estadísticas.
- Asignarle mayor importancia al software que a la técnica.
Normalmente, en la mayoría de las organizaciones la implantación de un sistema de Balanced Scorecard lleva de 12 a 18 meses; no es un proceso sencillo ni rápido y requiere de atención, compromiso y mantenimiento, hasta generar una cultura de la medición en el personal.
Para ayudar al éxito del sistema de Balanced Scorecard, el personal debe estar capacitado y entrenado en:
- Herramientas básicas de calidad.
- Mapeo de procesos —diagrama de flujo de los mismos.
- Auditorías de calidad —procesos.
- Trabajo en equipo.
- Comunicación.
- Alinear la misión, visión y objetivos organizacionales a objetivos individuales.
- Traducir las actividades, funciones y competencias a objetivos numéricos.
- Evaluar los objetivos numéricos y definir la contribución individual —evaluación de desempeño— a los objetivos organizacionales.
- Definir el impacto financiero del nivel de logro de cada objetivo.
Todos los objetivos deben estar reflejados o traducidos a resultados financieros. La siguiente fórmula nos permite determinar el nivel de valor de una actividad, tarea, proceso, producto o servicio en términos financieros desde la perspectiva del cliente:
siendo para el caso:
- V = Valor. Es la efectividad y/o productividad en términos de rentabilidad o utilidad de un objetivo.
- Q = Calidad. Grado en el cual el producto o servicio cumple con las expectativas.
- s = Servicio. Nivel de satisfacción del cliente por la calidad, precio y oportunidad del producto o servicio recibido.
- c = Costo. Insumos requeridos para generar el producto o servicio.
- t = Tiempo. El grado de oportunidad en que se recibe el producto o servicio.
Y hasta aquí van las cuestiones introductorias que quería mencionar para entrar en el planteo inicial del Balanced Scorecard para el área de Tecnología Informática. Yo diferenciaría las cosas en función del tipo de organización. Si se trata de una empresa que no es específicamente de base tecnológica pero posee un área en tal sentido, pensaría en un Balanced Scorecard transversal a toda la organización, tratando las cuestiones de tecnología como objetivos dentro del mapa completo. Ahora, si la empresa fuera de base tecnológica, me orientaría hacia alguno de los modelos específicos, como por ejemplo:
- El Balanced IT Scorecard (BITS), propuesto por el European Software Institute (ESI) que provee una nueva versión de las cuatro perspectivas originales agregando una quinta en relación con la gente —«People».
- El Balanced Scorecard de Advanced Information Services Inc. (AIS), que considera a los empleados —«Employee»— como una perspectiva distintiva, expandiendo así el análisis a cinco elementos.
Por supuesto, seguiré tratando estos temas en futuros artículos. Les recomiendo las comunidades virtuales «Toma de Decisiones en el Ámbito de la Dirección Empresarial» para tratar aspectos relacionados con el Balanced Scorecard y «Gestión de Departamentos de Cómputo, Sistemas, Tecnología y Automatización» para su aplicación a la gerencia de TICs.